Gracias Gemma. Gracias por dar voz a nuestros sentimientos y pensamientos.
A los sentimientos de las miles de personas que participábamos en la manifestación contra ETA, contra su enésimo acto de irracionalidad asesina, esta vez ejercida sobre Ernest Lluch, tu amigo y el nuestro. A la expresión de nuestro rechazo, sin paliativos, a la violencia como forma de hacer política. A la reafirmación en el derecho a la vida, a la discrepancia y a la democracia como parte importante de nuestro ideario, del tuyo y el de Ernest.
Eso lo hicimos posible con nuestra presencia multitudinaria, con nuestro dolor, con nuestro silencio.
Pero necesitábamos, los que estábamos allí y muchas personas que no habían podido estar, que alguien pusiera voz a nuestro pensamiento. Que se dijera alto y claro lo que tú dijiste. Gracias Gemma.
Gracias Gemma, por recordarnos las ideas y los planteamientos de Ernest. ETA lo ha matado, porque quería matar sus ideas. De nosotros, de todos nosotros, depende que no consigan su objetivo, defendiéndolas, haciéndolas más nuestras.
ETA lo ha matado porque él rechazaba sus métodos y sus objetivos. Lo hacia de la forma que más les duele, con racionalidad y contundencia. Sin concesiones a la demagogia, ni a la visceralidad, con vehemencia pero sin arrogancia, ni dogmatismos. Pero, también porque defendía el dialogo.
Dialogo, esa palabra que tu recordaste, Gemma. El dialogo que muchos defendemos y que Aznar, su Gobierno y su Partido rechazan, salvo para darle la razón.
Dialogo para alcanzar la paz. Dialogo entre los demócratas, nacionalistas y no nacionalistas. Dialogo para encontrar una salida constitucional a la situación del País vasco. Dialogo para hacer de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, no un problema sino un camino de solución. Dialogo para hacer callar las armas y substituirlas por la convivencia y la tolerancia. Dialogo desde el reconocimiento de las divergencias. Dialogo para cerrar heridas y abrir esperanzas.
Por ese dialogo trabajaba y clamaba Ernest. Trabajaba para conseguir la paz en el País Vasco con sus ideas, con sus opiniones. La paz que no una victoria; porque la paz y la victoria no son lo mismo. En España la paz tardó casi 40 años en alcanzarse después de una victoria.
ETA con crímenes como este pretende reventar el dialogo, dimanitar todos los puentes, cerrar todas las puertas, matar a los que propugnan soluciones y también tratan de evitar deserciones entre aquellos de los suyos, que ya no soportan tanto horror. ETA pretende una victoria, no la paz.
Los demócratas hemos de recuperar la unidad, pero sin dialogo no habrá unidad. Aznar no cree en un dialogo para alcanzar la paz, el también busca una victoria.
Por eso resulta insoportable el esperpento que ha protagonizado Aznar y sus voceros. Las acusaciones de “tontos útiles de ETA” a todos los que preconizamos el dialogo. El furibundo ataque a los nacionalismos democráticos y en especial al PNV. El desplante a las propuestas de cómo avanzar hacia la paz que hizo Rodríguez Zapatero.
El dialogo busca alcanzar, al final, un acuerdo entre los demócratas, no que lo imponga uno de ellos, al principio. El objetivo del dialogo es la paz, no es la creación de un frente antinacionalista, anti PNV o la convocatoria de las elecciones en el País Vasco. Con la solución del problema del terrorismo del Pais Vasco es inmoral hacer electoralismo en el resto de España.
Los gobiernos de Madrid y Vitoria tienen que dialogar. Esa es su obligación, no la de pelearse y menos cuando de sus peleas se benefician los terroristas y los padecemos con la perdida de vidas.
Gracias Gemma, porque con tus palabras, me has demostrado que estaba equivocado. Es necesario que como hacia Ernest no dejemos que nos recorten la libertad de expresión; ni ETA con su violencia, ni los que apelan a la uniformidad entorno a sus indiscutibles planeamientos. Gracias Gemma, y si te sirve de algo, piensa que todo esos “plumillas oficiales” y “sepulcros blanqueados” que han salido en tromba a intentar machacarte no representan a los que con tus palabras diste la voz en una manifestación cívica y silenciosa.
A los sentimientos de las miles de personas que participábamos en la manifestación contra ETA, contra su enésimo acto de irracionalidad asesina, esta vez ejercida sobre Ernest Lluch, tu amigo y el nuestro. A la expresión de nuestro rechazo, sin paliativos, a la violencia como forma de hacer política. A la reafirmación en el derecho a la vida, a la discrepancia y a la democracia como parte importante de nuestro ideario, del tuyo y el de Ernest.
Eso lo hicimos posible con nuestra presencia multitudinaria, con nuestro dolor, con nuestro silencio.
Pero necesitábamos, los que estábamos allí y muchas personas que no habían podido estar, que alguien pusiera voz a nuestro pensamiento. Que se dijera alto y claro lo que tú dijiste. Gracias Gemma.
Gracias Gemma, por recordarnos las ideas y los planteamientos de Ernest. ETA lo ha matado, porque quería matar sus ideas. De nosotros, de todos nosotros, depende que no consigan su objetivo, defendiéndolas, haciéndolas más nuestras.
ETA lo ha matado porque él rechazaba sus métodos y sus objetivos. Lo hacia de la forma que más les duele, con racionalidad y contundencia. Sin concesiones a la demagogia, ni a la visceralidad, con vehemencia pero sin arrogancia, ni dogmatismos. Pero, también porque defendía el dialogo.
Dialogo, esa palabra que tu recordaste, Gemma. El dialogo que muchos defendemos y que Aznar, su Gobierno y su Partido rechazan, salvo para darle la razón.
Dialogo para alcanzar la paz. Dialogo entre los demócratas, nacionalistas y no nacionalistas. Dialogo para encontrar una salida constitucional a la situación del País vasco. Dialogo para hacer de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, no un problema sino un camino de solución. Dialogo para hacer callar las armas y substituirlas por la convivencia y la tolerancia. Dialogo desde el reconocimiento de las divergencias. Dialogo para cerrar heridas y abrir esperanzas.
Por ese dialogo trabajaba y clamaba Ernest. Trabajaba para conseguir la paz en el País Vasco con sus ideas, con sus opiniones. La paz que no una victoria; porque la paz y la victoria no son lo mismo. En España la paz tardó casi 40 años en alcanzarse después de una victoria.
ETA con crímenes como este pretende reventar el dialogo, dimanitar todos los puentes, cerrar todas las puertas, matar a los que propugnan soluciones y también tratan de evitar deserciones entre aquellos de los suyos, que ya no soportan tanto horror. ETA pretende una victoria, no la paz.
Los demócratas hemos de recuperar la unidad, pero sin dialogo no habrá unidad. Aznar no cree en un dialogo para alcanzar la paz, el también busca una victoria.
Por eso resulta insoportable el esperpento que ha protagonizado Aznar y sus voceros. Las acusaciones de “tontos útiles de ETA” a todos los que preconizamos el dialogo. El furibundo ataque a los nacionalismos democráticos y en especial al PNV. El desplante a las propuestas de cómo avanzar hacia la paz que hizo Rodríguez Zapatero.
El dialogo busca alcanzar, al final, un acuerdo entre los demócratas, no que lo imponga uno de ellos, al principio. El objetivo del dialogo es la paz, no es la creación de un frente antinacionalista, anti PNV o la convocatoria de las elecciones en el País Vasco. Con la solución del problema del terrorismo del Pais Vasco es inmoral hacer electoralismo en el resto de España.
Los gobiernos de Madrid y Vitoria tienen que dialogar. Esa es su obligación, no la de pelearse y menos cuando de sus peleas se benefician los terroristas y los padecemos con la perdida de vidas.
Gracias Gemma, porque con tus palabras, me has demostrado que estaba equivocado. Es necesario que como hacia Ernest no dejemos que nos recorten la libertad de expresión; ni ETA con su violencia, ni los que apelan a la uniformidad entorno a sus indiscutibles planeamientos. Gracias Gemma, y si te sirve de algo, piensa que todo esos “plumillas oficiales” y “sepulcros blanqueados” que han salido en tromba a intentar machacarte no representan a los que con tus palabras diste la voz en una manifestación cívica y silenciosa.
Article Publicat a la revista AQUI, despres de la manifestació contra ETA per l'assessinat de Ernest LLuch
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