Efectivo, no efectista. Así es el estilo del President Montilla y del Govern. En menos de 100 días, avanza de forma serena y firme, haciendo frente a los problemas que surgen, desde los más cotidianos a los más estratégicos.
La producción de leyes y normas sobre temas importantes, como la atención a las personas que más lo necesitan o el acceso a vivienda es tan evidente que hasta el humorístico programa “Polonia” hace la menciona.
La oferta a las otras fuerzas políticas para establecer un gran pacto sobre inmigración, vivienda, infraestructuras e investigación y desarrollo va acompañada, en paralelo, del desarrollo estatutario, creando la Agencia Tributaria o constituyendo las comisiones bilaterales, sobre financiación, transferencias e infraestructuras. Las soluciones avanzan.
Los problemas han existido, existen y existirán, lo importante es encararlos y resolverlos, como el de Cercanías, en el que ahora pagamos los 8 años de desinversión, consecuencia de la política del “déficit cero” de los Gobiernos Aznar. Quienes entonces las apoyaban, ahora dramatizan farisaicamente porque las inversiones no están hechas. Recuperar el tiempo perdido, requiere inversiones y tiempo para ejecutarlas. Montilla ha conseguido que la Vicepresidenta se comprometa en las inversiones y pida comprensión. Así se resuelven los problemas.
Esa eficacia, sin estridencias, pone de los nervios a la oposición y a más de un opinador proconvergente, otrora moderados, que están perdiendo los papeles y la compostura de forma lamentable.
La sobreactuación y el negativismo de CiU exteriorizan su derrotismo y su frustración interna por no estar en el Govern y les sitúa fuera de la órbita donde se resulten los problemas reales.
Están en las antípodas del Govern. Efectismo, no eficacia.
La producción de leyes y normas sobre temas importantes, como la atención a las personas que más lo necesitan o el acceso a vivienda es tan evidente que hasta el humorístico programa “Polonia” hace la menciona.
La oferta a las otras fuerzas políticas para establecer un gran pacto sobre inmigración, vivienda, infraestructuras e investigación y desarrollo va acompañada, en paralelo, del desarrollo estatutario, creando la Agencia Tributaria o constituyendo las comisiones bilaterales, sobre financiación, transferencias e infraestructuras. Las soluciones avanzan.
Los problemas han existido, existen y existirán, lo importante es encararlos y resolverlos, como el de Cercanías, en el que ahora pagamos los 8 años de desinversión, consecuencia de la política del “déficit cero” de los Gobiernos Aznar. Quienes entonces las apoyaban, ahora dramatizan farisaicamente porque las inversiones no están hechas. Recuperar el tiempo perdido, requiere inversiones y tiempo para ejecutarlas. Montilla ha conseguido que la Vicepresidenta se comprometa en las inversiones y pida comprensión. Así se resuelven los problemas.
Esa eficacia, sin estridencias, pone de los nervios a la oposición y a más de un opinador proconvergente, otrora moderados, que están perdiendo los papeles y la compostura de forma lamentable.
La sobreactuación y el negativismo de CiU exteriorizan su derrotismo y su frustración interna por no estar en el Govern y les sitúa fuera de la órbita donde se resulten los problemas reales.
Están en las antípodas del Govern. Efectismo, no eficacia.