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dimecres, 28 de febrer del 2007

Efectivo, no efectista


Efectivo, no efectista. Así es el estilo del President Montilla y del Govern. En menos de 100 días, avanza de forma serena y firme, haciendo frente a los problemas que surgen, desde los más cotidianos a los más estratégicos.
La producción de leyes y normas sobre temas importantes, como la atención a las personas que más lo necesitan o el acceso a vivienda es tan evidente que hasta el humorístico programa “Polonia” hace la menciona.
La oferta a las otras fuerzas políticas para establecer un gran pacto sobre inmigración, vivienda, infraestructuras e investigación y desarrollo va acompañada, en paralelo, del desarrollo estatutario, creando la Agencia Tributaria o constituyendo las comisiones bilaterales, sobre financiación, transferencias e infraestructuras. Las soluciones avanzan.
Los problemas han existido, existen y existirán, lo importante es encararlos y resolverlos, como el de Cercanías, en el que ahora pagamos los 8 años de desinversión, consecuencia de la política del “déficit cero” de los Gobiernos Aznar. Quienes entonces las apoyaban, ahora dramatizan farisaicamente porque las inversiones no están hechas. Recuperar el tiempo perdido, requiere inversiones y tiempo para ejecutarlas. Montilla ha conseguido que la Vicepresidenta se comprometa en las inversiones y pida comprensión. Así se resuelven los problemas.
Esa eficacia, sin estridencias, pone de los nervios a la oposición y a más de un opinador proconvergente, otrora moderados, que están perdiendo los papeles y la compostura de forma lamentable.
La sobreactuación y el negativismo de CiU exteriorizan su derrotismo y su frustración interna por no estar en el Govern y les sitúa fuera de la órbita donde se resulten los problemas reales.
Están en las antípodas del Govern. Efectismo, no eficacia.

dimecres, 21 de febrer del 2007

No sé si Lidia lo verá bien


Con esa irónica frase, referida a Lidia Falcón, el grupo teatral Dagoll Dagom resumía las contradicciones de dos feministas de principios de los años 80. Era uno de los “sketchs” de “Glups” - obra inspirada en los cómics del francés Gerard Lauzier - y en él dudaban si ofrecer solidaridad a un travesti, que había sido agredido físicamente por su “protector”.
Incluso, frente a un claro ejemplo de lo que ahora llamamos violencia de género, la duda les asaltaba. No por la injusticia, sino por las especiales características de la persona que la recibía. Lo reconozcamos, o no, eso nos ocurre a todos.
Por eso quiero afirmarlo sin ambages: ¡Estoy a favor de Ángela Bustillo, Miss Cantabria 2007! ¡Deben devolverle el título!
Alguien pretenderá cuestionar a la persona, a los concursos de “misses”, a la profesión de modelo y hasta que quiera trabajar fuera de casa. Todo para no apoyar, o hacerlo muy tibiamente, a esa joven de 22 años, dependienta en una charcutería, que ha sido desposeída del título de Mis Cantabria, de un empleo, por el hecho de ser madre.
Ángela no es la heroína de una historia romántica, es una joven madre que trabaja, y quiere trabajar, fuera de casa. Una mujer que, como miles de madres españolas, asume diariamente el esfuerzo de compaginar el trabajo con la crianza de su hijo. Apoyándose, en su caso, en la familia. Otras lo hacen en la pareja o en los todavía insuficientes servicios públicos de educación infantil.
Si las leyes reconocen la igualdad de oportunidades de las mujeres, y más si son madres, la sociedad, no. Negarla o restringirla en el trabajo, es ir contra la libertad para decidir. Esa libertad que está basada en la autonomía económica. Eso es lo que se cuece aquí, no una crónica de sociedad. Y ante ello, no caben ni dudas, ni medias tintas.

dimecres, 14 de febrer del 2007

Atender a las personas


La atención a las personas que más lo necesitan, ese es el núcleo central de lo que hoy acordará el Parlament.
Por un lado, iniciando la tramitación de la Ley de Servicios Sociales.
Con ella, la sociedad catalana ejercerá su capacidad de autogobierno y se dotará de unas normas, instituciones, derechos y obligaciones que nos permitan progresar, asegurarnos colectivamente ante la adversidad y vivir mejor.
La Cámara catalana regulará el sistema de servicios sociales de Catalunya, pero sobretodo, determinará que y como atender a quines no poseen el grado de autonomía personal suficiente - por edad, enfermedad, capacidad o situación social - para poder desarrollar su vida sin ayuda.
El cambio más relevante para las personas es que con esta ley, se le reconocen derechos (carta de servicios) y la sociedad se compromete a cumplirlos y superando el asistencialismo.
Construyendo este cuarto sistema de protección social, que se adiciona a los otros tres: las pensiones, la educación y la salud, es como se construye sociedad y cohesión social.
También hoy, se rechaza la pretensión de CiU de llevar la Ley de Dependencia estatal al Constitucional.
Una ley que beneficia a más de 300.000 catalanes, que están o tienen a su cargo alguien que está en situación de dependencia y que no impide desarrollar nuestro sistema de servicios sociales. Afirmar que las Cortes no debían legislar porque es un tema exclusivo de Catalunya, pues la Constitución no los recoge como derechos, es ir contra la lógica y contra la gente del pais.La concepción excluyente no es un problema legal sino conceptual. A los nacionalistas de derechas les molesta que el Estado también se preocupe de las personas que lo necesitan. Temen que eso favorezca también el sentimiento de pertenencia a esa colectividad. No es nuestro caso.

dimecres, 7 de febrer del 2007

Cuidar la convivencia


Los vecinos del Barri de la Salut de Badalona, lo han venido afirmando desde el primer momento. No es el origen, sino las incívicas conductas de algunas personas, lo que ha desencadenado el conflicto. No es su falta de paciencia, sino su agotamiento.
Ese no es un detalle menor. Las conductas incívicas, agresivas o que no respetan la libertad del otro no son privativas de ningún grupo social, étnico o religioso. Se producen entre propios y extraños. Imputárselo a alguien por su lugar de procedencia es, digámoslo claramente, racismo.
Por eso, cuando, a unos vecinos, el resto le cuestionan unas actitudes contrarias a las normas de convivencia, lo que están haciendo es ejercer y defender su derecho a la misma. Aunque a su vez, estos deben hacerlo de forma cívica y democrática. Ser víctima del incivísmo no da derecho a actuar como se detesta.
Conviene recordárselo a esos carroñeros sociales, vestidos de políticos de orden, que en los momentos de tensión se dedican a asociar esos fenómenos a la inmigración irregular, alentando el malestar y el odio entre la gente, con el mezquino interés de ganar unos pocos votos.
Mezquindad que queda patente en la paradoja que ha acontecido en este tema. Esas personas de origen rumano desde el pasado 1 de enero, son ciudadanos europeos y por ello con derecho a la residencia en España. ¿Cambia algo que su situación sea legal, o no?
Pues no, porque el problema no es ese, sino su actitud incívica.
Los ayuntamientos cada día cuidan y vigilan la convivencia entre la vecindad. Aplican la gradualidad, sin renunciar por ello a la firmeza. Primero median, luego arbitran y finalmente imponen la ley, si no se ha resulto el problema. Ese es el camino para construir una convivencia duradera, no el falso atajo de la intolerancia.
Y si para hacerlo, con más eficacia necesitan más recursos, la sociedad no puede escatimárselos.
La convivencia es un bien muy preciado y frágil, que debe ser constantemente protegida, pues cuando se rompe o deteriora es difícil recomponerla.