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dissabte, 21 d’octubre del 2000

Matar al mensajero

Cuentan que en la Roma imperial, cuando un mensajero traía una noticia que no le gustaba al Cesar, este lo hacia matar para darle una salida a su ira y desagrado.
Cuando la madrastra de Blancanieves escucha lo que le dice el espejo mágico, recordándole que no es la más bella, lo hace añicos. Es una forma menos sangrienta de “matar al mensajero”, pero el fondo es el mismo.
La realidad nunca es como queremos, salvo que se trabaje para cambiarla.
Siempre hay gente que en lugar de afrontar la realidad, por dura que sea, y buscar soluciones a sus problemas se dedican a buscar a quien hacer responsable de su ira o frustración. Se quedan más tranquilos pero no arreglan nada, igual que los Cesares romanos después de matar al mensajero.
Algo así pasó el 18 de Octubre durante la comparecencia de Franco - Lluis Franco, Conseller de Treball, evidentemente – ante el Parlament de Catalunya. Surrealista. Esa comparecencia fue surrealista.
Vayamos por partes, una semana antes se conocía que la Unión Europea había suspendido preventivamente el pago de 2.326 millones de pesetas (14 millones de euros) al Govern de Catalunya.
La Unión Europea ha tenido constancia de posibles irregularidades y fraudes en la gestión de los fondos destinados a la formación ocupacional en Catalunya, lo que se conoce como “Cas Treball” que ha implicado y salpicado al Departament de Treball, y Unió Democrática de Catalunya, el partido de Duran Lleida.
La Unión Europea exigió explicaciones de forma reiterada (ya es la tercera vez que avisaba) y la Generalitat, no ha respondió.
Si después de los escándalos no contestan ¿alguien se extraña que dejen de enviar el dinero para la formación?
Todo ello se recoge en la respuesta que se le da a Joan Colom, eurodiputado socialista, que de manera insistente ha estado exigiendo saber como controla Europa ante esos escándalos
Con una celeridad impresionante, solo habían transcurrido 7 días desde la noticia y el puente del Pilar en medio, la presidenta de la Comisión de Política Social, la diputada del grupo “Socialistes-ciutadans pel canvi” Pilar Malla, modificó el orden del día previsto para poder atender la solicitud que había cursado el Conseller de Treball.
Formalmente, pidió dar explicaciones sobre el hecho de la congelación de fondos de formación para las personas en paro. En la práctica, se dedico a “matar al mensajero”.
La culpa era nuestra, de los partidos de la oposición, y de los medios de comunicación.
¡ Tenemos una extraña manía! Insistimos en hablar de ese tema y sobre todo en querer conocer que ha pasado. Lo necesitamos, no para erosionar al Govern de Pujol, sino para resolver el problema.
Las personas en paro nos lo exigen, nuestra autoestima y prestigio como país lo necesitan y la democracia nos lo impone.
Considerar como hizo el Conseller Franco que había una conjura para erosionar al Gobierno, - a parte de recordar a aquel otro Franco que hablaba de “conjuras judeomasónicas marxistas internacionales orquestadas por el oro rojo de Moscu” - no solo es un grave error, sino que le incapacita para resolverlo.
La erosión al gobierno no la crea la oposición, la crean los hechos que han sucedido.
No erosiona al gobierno que se publique una foto en primera pagina, donde una persona recibe medio millón de pesetas. Lo que erosiona al gobierno es que ese dinero que era para formar personas en paro, supuestamente acabe en las arcas del partido, en el que milita la cúpula del Departament de Treball, que las reparte.
Lo que erosiona a un gobierno es que un director general que reparte subvenciones, resulte sea socio en una empresa con el que las recibe y que también lo sea del ex delegado territorial de Tarragona en otra empresa. Que en el sector sea un secreto a voces que “Ser de Unió ayuda a conseguir ayudas”.
Eso si que erosiona al Govern de Jordi Pujol y al Departament de Treball, a Unió Democrática de Catalunya y a Duran Lleida. Eso es lo que menoscaba el prestigio de Catalunya.
Los hechos no explicados y sobre todo que no se vea una clara voluntad de hacer los cambios que los eviten en el futuro, son lo que erosiona al Gobierno. Matando al mensajero no se arregla el problema.

dissabte, 7 d’octubre del 2000

Otoño caliente

¡Toma ya! Nadie lo había anunciado pero de repente nos encontramos en medio de “un otoño caliente”. Cuando el Partido Popular lleva 4 años y medio en el gobierno padece un grado de contestación social similar al que padeció el PSOE. Evidentemente no es el “14-D” (fecha de la huelga general de 1988) del Partido Popular pero tiene elementos similares.
En el año 2000, como ocurría en el año 1988, nos encontramos inmersos en una fase de crecimiento económico sostenido, no existe inestabilidad política (el gobierno tiene mayoría), el empleo aunque de forma más ralentizada esta creciendo y el paro esta bajando.
Parecería que vivimos en el mejor de los mundos, que “España va bien” pero a pesar de todo ello tenemos un otoño caliente, muy caliente. ¿Que ha encendido esta hoguera? ¿El precio del gas-oil? No solo eso. La subida del gas-oil es la chispa pero no el único motivo. La razón última de esas movilizaciones hay que buscarlas en un malestar difuso de una parte de la ciudadanía y no solo de los sectores que se han visto afectados.
¿Cómo se explicaría sino el grado de simpatía que tienen esas movilizaciones, a pesar de las molestias que padecemos la mayoría de la ciudadanía (desabastecimiento de gasolineras, mercados o embotellamientos)?
¿Cómo se explicaría sino la solidaridad que despiertan las desproporcionadas cargas de la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra, sobre las personas que se movilizan que es similar, en intensidad, al rechazo que generan quienes las ordenan?,
Por un momento, piensen si ese sentimiento seria posible ante una huelga de los pilotos de Iberia, que también produce perjuicios sobre una minoría de la ciudadanía, la que va en avión.
El Partido Popular se presentó como el abanderado de los empresarios pequeños y grandes empresarios y han gobernado, conjuntamente con CiU, haciendo una fingida y aparatosa ostentación de su preocupación por ellos, por eso resulta muy significativo que estas movilizaciones las protagonizan los pequeños empresarios y autónomos, los pescadores, los agricultores, los transportistas, los taxistas y los comerciantes en lugar de los trabajadores asalariados y los empleados públicos.
Esos sectores no han recibido tampoco los beneficios cuando el “España va bien” y ahora que, sin ser una situación catastrófica, ya no se atreven a decirlo porque aparecen los primeros nubarrones (inflación, hipotecas, subida de los carburantes, ralentización del crecimiento del empleo) reciben un impacto brutal en sus economías domesticas.
Si tampoco han gobernado a favor de ellos, ¿A quien ha beneficiado con su acción gobierno? A sus amigos y a los más poderosos.
Que en Catalunya el conflicto este siendo más caliente, no es debido a una perdida del “seny català” sino a todo lo contrario. La mayor capacidad representativa de las direcciones de los sectores, y la conciencia de que debido a la mayoría absoluta y el apoyo mutuo que se dan CiU y el PP, hace tomar conciencia de que la modificación de la prepotente posición de Aznar será más dura. Este gobierno siempre se muestra sumiso con los poderosos y prepotente con las más débiles.
La insuficiencia de los acuerdos alcanzados con unos negociadores, poco representativos de la realidad de los sectores en conflicto, lejos de resolver el problema produce una mayor acumulación de la contestación social. Aunque en algunos casos consiga la desmovilización momentánea, los conflictos que no se resuelven afloran más tarde y con mayor virulencia.
Cuando la cerrazón política impide aceptar las propuestas constructivas de la oposición, como las que ha plateado el PSOE en el Congreso, y se rechaza el dialogo social y político, como hace Aznar, los problemas de la sociedad se acaban dirimiendo mediante conflictos sociales.
La historia nos enseña que los más duros se producen en las épocas de penuria económica extrema o de bonanza económica. No es de extrañar que podamos asistir a un “otoño caliente”.
Article publicat a la resvista AQUI