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diumenge, 31 de desembre del 2000

Modernos y solidarios

Ya no hay discusión, estamos en el siglo XXI. El tiempo ha resuelto el “durísimo” debate entre los que situaban su inicio el año 2000 y los que defendían el 2001.
Que haya iniciado el siglo no es sinónimo del inicio el mundo. El adanismo, idea que sostienen aquellos que consideran que el mundo empezó con él – como le ocurre a Aznar – nunca puede ser un buen punto de arranque, ni de llegada. Hay que partir de la experiencia vivida para saber que se nos puede venir encima y también lo que podemos hacer, para alcanzar lo que queremos.
Los cambios, y sobre todo la rapidez con la que se producen, están produciendo esperanza y desasosiego al mismo tiempo. Los cambios que vivimos están modificando, también, las formas de vivir, de organizar el tiempo vital, de relacionarse las personas, los valores familiares, las posibilidades en el trabajo.
Esos cambios generan zozobra y desasosiego en aquellas personas que ven ellos una amenaza y no se ven con recursos para afrontarlos, que les cambian les cambian su vida sin pedirles permiso ni darles instrumentos para gobernarlas.
Esos mismos cambios son vistos con esperanza y como una oportunidad por aquellas personas que se consideran preparadas para asumirlas.
Esas sensaciones contradictorias de desasosiego y esperanza - aunque muchas veces las sentimos todos al mismo tiempo – reflejan, a su vez, la contradicción en la que vive la sociedad. Una contradicción basada en la resistencia a cambiar - porque el futuro es incierto, diferente y duro – y la necesidad de cambiar porque como en la bicicleta, si no pedaleamos nos caemos.
Los revolucionarios franceses decían que todo cambio es progreso. La realidad nos ha demostrado que solo los cambios que han supuesto el avance en las condiciones de vida de la mayoría, merecen llamarse progreso. Nadie se atrevería a definir como progreso, el incremento de las desigualdades, la mayor concentración del poder y del dinero en cada vez menos manos.
El reto no es si cambiar o no, sino hacia donde cambiar y como cambiar. En la forma de abordarlo esta la mitad de la solución, o del agravamiento del problema.
“Cuando lo único que tenemos seguro, es que cambiaremos, se trata de dar seguridad en el cambio” afirmaba hace ya más de 20 años un dirigente de la central sindical sueca. Hoy esa afirmación sigue plenamente vigente. Aunque nunca se podrá garantizar la seguridad total, si que es posible construir un proyecto inteligente y útil que haga posible combinar modernidad y solidaridad.
Lo más inteligente y útil para que una sociedad avance es que invierta en sí misma. Que invierta en educación y solidaridad
En educación, para que las personas puedan aprovechar las potencialidades de los cambios tecnológicos y laborales, para afrontar con éxito la modernidad.
En solidaridad, para que las personas puedan arriesgarse en la seguridad de que la sociedad le ayudará a continuar esforzándose, si no le sale bien su apuesta. En solidaridad, para que se reduzca la dependencia de las personas por razones económicas o físicas y puedan desarrollar un proyecto autónomo. En solidaridad para que la sociedad no se fracture en dos.
Modernidad y solidaridad, son las dos caras de una única moneda. No hay solución al dilema si solo se utiliza uno de los dos caminos.
La solución no esta ni en la rápida carrera de los “modernos” y la modernidad, que dejan atrás “a los que no pueden seguir” – como le gusta decir al President Pujol – y que practican la caridad con ellos para acallar su mala conciencia, ni en la solidaridad sin tener presente el entorno global y globalizado en el que vivimos.
La seguridad en la gestión del cambio tiene que ver con la experiencia, pero también con la capacidad de anticipación. Ni quedarse anclado en el pasado, ni lanzarse al vacío del futurismo inconsistente. Ni conservadurismos, ni aventurismos.
¿Quién puede ofrecernos en Catalunya y en España un proyecto de modernidad solidaridaria y de solidaridad moderna?
Busque, compare y si lo encuentra, apóyelo; vale la pena. Sobre todo porque nadie se lo traerá a casa.
Article publicat a la Revista AQUI

divendres, 15 de desembre del 2000

Niza. ¿Exito o fracaso?

Así no conseguirán que Europa ilusione a nadie. Niza debía ser una cumbre europea donde se preparara la ampliación de la Unión Europea. Había dos opciones hablar de las personas o de las burocracias. Avanzar en la determinación de los derechos y obligaciones de los ciudadanos o de cómo repartir el poder antes de la ampliación. Garantizar la cohesión social europea pensando ya en la incorporación millones de personas de los países del Este o asegurar a los países más grandes y potentes la capacidad de decisión, o de veto.
La cumbre se ha saldado con una declaración sobre los derechos de ciudadanía europea que no es obligatoria para los estados miembros y un acuerdo sobre el peso que tendrá cada estado cuando haya que tomar una decisión a partir de la ampliación.
¿Quién puede sentir satisfecho de ese balance?. Nadie, que no sea Aznar y su coro,
Si uno escucha las declaraciones del Presidente Aznar en la que se felicita de ser el Presidente más felicitado parecería que para España esta cumbre ha ido muy bien. Pero la realidad es otra. En el mejor de los casos no hemos quedado donde estabamos.
El "gran avance" obtenido ha sido que ahora ya no somos "el país más grande de los pequeños" sino que somos "el más pequeño de los grandes". Es decir no nos hemos movido.
El otro gran logro es que de aquí al 2007 tenemos capacidad para bloquear el reparto de los fondos de cohesión, si no se trata bien a España en su reparto. Como cambian las cosas. Ahora es un gran logro conseguir que nos mantengan los fondos, por los que se llamó pedigüeño a Felipe González.
De todas maneras que se puede esperar con estos representantes. Lo mejor que nos puede pasar es que si "Aznar es el milagro" recemos para que, como en el chiste: "Virgencita, que me quede como estoy".
Ante el reto de la ampliación de Europa a 27, con el ingreso de países que, como ocurrió con España hace ahora catorce años, requieren que se les ayude a avanzar hacia una sociedad con más libertades públicas, pero también con más derechos sociales para los ciudadanos, nuestro gobierno responde con un: "¿y de lo mío que hay?.
Aznar ha cambiado estar entre los que deciden que Europa se construye por un "plato de lentejas", véase de subvenciones. Sin comprender que España gana si Europa avanza y se construye socialmente. Su inmediatez politica solo le permite ver Europa como un club donde pagas una cuota y esperas recuperar más.
España ganó y mucho cuando contribuyo decisivamente a buscar soluciones para que los objetivos de los más potentes no fueran en detrimento de la cohesión social global que necesitábamos los países más débiles. Favorecer el crecimiento económico invirtiendo en reducir las deferencias era y es un buen negocio.
El Gobierno de España defendiendo un modelo de Europa más social y políticamente más fuerte defendía mejor el interés del país, que con esta actitud nacionalista españolista que exhibe Aznar.
El Gobierno de Aznar adopta un planteamiento en la relación que busca de España respecto a Europa idéntica a la que adoptan algunos gobiernos autonómicos, dirigidos por fuerzas nacionalistas, respecto de España. Quizás por ello le cueste tanto dialogar con ellos y solo quiera vencerlos.
Los ciudadanos necesitamos más Europa y no menos. Más Europa social y más derechos y obligaciones de ciudadanía europea. Por inteligencia política. Porque solo en ese proyecto común pueden resolver los problemas que se derivan de la globalización. Por eso, la cumbre de Niza no puede valorarse como un éxito. No es un fracaso, porque no se ha retrocedido, pero ha puesto en evidencia que para avanzar hay que ilusionar a la ciudadanía y con cumbres en la que finalmente las felicitaciones no son por los logros alcanzados sino por haber acabado. Nadie puede sentirse satisfecho.
Article publicat a la revista AQUI

dilluns, 4 de desembre del 2000

Forjar la unidad entre los demócratas

Hemos visto con horror como este país padecía un agosto lleno de violencia terrorista. Hemos asistido atónitos a excesos verbales entrecruzados del Presidente del Gobierno, Sr. Aznar, y del ministro del Interior, Sr. Mayor Oreja y de los dirigentes del PNV, Sres. Arzalluz y Egibar. En medio, la nueva dirección del PSOE encabezada por Rodríguez Zapatero, poniendo “seny”. Ha ofrecido lealtad, dialogo y unidad de los demócratas como base para encauzar la solución. ¿Tan difícil es entender eso? Parece que si, pues a la que pueden se escabullen otra vez. Aznar y Mayor Oreja se dedican más a la confrontación por interés electoral que a mejorar la eficacia política y policial. Arzalluz deberían dejar que afloraran las posiciones de una mayoría sensata de dirigentes del PNV, que hace tiempo que han visto claro que ETA al volver al asesinato, no solo ha matado a personas sino que ha dinamitado el camino abierto con la tregua.
Se vivía uno periodo duro y convulso. El Partido Popular había perdido en el 93 y para ganar en el 96 desarrollaba la política del “todo vale”, llegando, por ejemplo, a romper incluso el consenso antiterrorista del Pacto de Ajurianea.
Permitan que abra un paréntesis y señale que esa actitud es uno de los gérmenes que explican, pero no justifican, la incapacidad actual de conseguir la unidad de las fuerzas democráticas frente al terrorismo. Una unidad imprescindible para vencer en el terreno político a los violentos. Ciertamente, el PP no es el único responsable; el nacionalismo vasco democrático también ha colaborado mucho. En todo caso, “estos lodos vienen de aquellos polvos”. ¡Cierro el paréntesis!.
¿Que es más constructivo condicionar la recuperación del dialogo a que el Partido Popular y el PNV reconozcan y abjuren de sus errores o ponerse a dialogar sin condiciones previas en busca de la paz? De que sirve responsabilizar del gran deterioro que produjeron a la lucha contra le terrorismo el PP cuando cuestionó el Pacto de Ajurianea, (Política penitenciaria y reinserción), y el al PNV con el Pacto de Lizarra con EH durante la tregua? ¿No podrían Arzalluz y Aznar hacer propuestas de distensión en lugar de buscar la confrontación?

dissabte, 2 de desembre del 2000

Gracias Gemma (Nierga)


Gracias Gemma. Gracias por dar voz a nuestros sentimientos y pensamientos.
A los sentimientos de las miles de personas que participábamos en la manifestación contra ETA, contra su enésimo acto de irracionalidad asesina, esta vez ejercida sobre Ernest Lluch, tu amigo y el nuestro. A la expresión de nuestro rechazo, sin paliativos, a la violencia como forma de hacer política. A la reafirmación en el derecho a la vida, a la discrepancia y a la democracia como parte importante de nuestro ideario, del tuyo y el de Ernest.
Eso lo hicimos posible con nuestra presencia multitudinaria, con nuestro dolor, con nuestro silencio.
Pero necesitábamos, los que estábamos allí y muchas personas que no habían podido estar, que alguien pusiera voz a nuestro pensamiento. Que se dijera alto y claro lo que tú dijiste. Gracias Gemma.
Gracias Gemma, por recordarnos las ideas y los planteamientos de Ernest. ETA lo ha matado, porque quería matar sus ideas. De nosotros, de todos nosotros, depende que no consigan su objetivo, defendiéndolas, haciéndolas más nuestras.
ETA lo ha matado porque él rechazaba sus métodos y sus objetivos. Lo hacia de la forma que más les duele, con racionalidad y contundencia. Sin concesiones a la demagogia, ni a la visceralidad, con vehemencia pero sin arrogancia, ni dogmatismos. Pero, también porque defendía el dialogo.
Dialogo, esa palabra que tu recordaste, Gemma. El dialogo que muchos defendemos y que Aznar, su Gobierno y su Partido rechazan, salvo para darle la razón.
Dialogo para alcanzar la paz. Dialogo entre los demócratas, nacionalistas y no nacionalistas. Dialogo para encontrar una salida constitucional a la situación del País vasco. Dialogo para hacer de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, no un problema sino un camino de solución. Dialogo para hacer callar las armas y substituirlas por la convivencia y la tolerancia. Dialogo desde el reconocimiento de las divergencias. Dialogo para cerrar heridas y abrir esperanzas.
Por ese dialogo trabajaba y clamaba Ernest. Trabajaba para conseguir la paz en el País Vasco con sus ideas, con sus opiniones. La paz que no una victoria; porque la paz y la victoria no son lo mismo. En España la paz tardó casi 40 años en alcanzarse después de una victoria.
ETA con crímenes como este pretende reventar el dialogo, dimanitar todos los puentes, cerrar todas las puertas, matar a los que propugnan soluciones y también tratan de evitar deserciones entre aquellos de los suyos, que ya no soportan tanto horror. ETA pretende una victoria, no la paz.
Los demócratas hemos de recuperar la unidad, pero sin dialogo no habrá unidad. Aznar no cree en un dialogo para alcanzar la paz, el también busca una victoria.
Por eso resulta insoportable el esperpento que ha protagonizado Aznar y sus voceros. Las acusaciones de “tontos útiles de ETA” a todos los que preconizamos el dialogo. El furibundo ataque a los nacionalismos democráticos y en especial al PNV. El desplante a las propuestas de cómo avanzar hacia la paz que hizo Rodríguez Zapatero.
El dialogo busca alcanzar, al final, un acuerdo entre los demócratas, no que lo imponga uno de ellos, al principio. El objetivo del dialogo es la paz, no es la creación de un frente antinacionalista, anti PNV o la convocatoria de las elecciones en el País Vasco. Con la solución del problema del terrorismo del Pais Vasco es inmoral hacer electoralismo en el resto de España.
Los gobiernos de Madrid y Vitoria tienen que dialogar. Esa es su obligación, no la de pelearse y menos cuando de sus peleas se benefician los terroristas y los padecemos con la perdida de vidas.
Gracias Gemma, porque con tus palabras, me has demostrado que estaba equivocado. Es necesario que como hacia Ernest no dejemos que nos recorten la libertad de expresión; ni ETA con su violencia, ni los que apelan a la uniformidad entorno a sus indiscutibles planeamientos. Gracias Gemma, y si te sirve de algo, piensa que todo esos “plumillas oficiales” y “sepulcros blanqueados” que han salido en tromba a intentar machacarte no representan a los que con tus palabras diste la voz en una manifestación cívica y silenciosa.


Article Publicat a la revista AQUI, despres de la manifestació contra ETA per l'assessinat de Ernest LLuch