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dilluns, 8 de maig del 2000

Se coge antes a un mentiroso que a un cojo

Dice un dicho popular, que no de los populares del PP: “Se coge antes a un mentiroso que a un cojo”. Hace unos días hemos podido comprobar que se ha cumplido.
Primero saltó la noticia que Telefónica, la empresa que privatizó totalmente el Sr. Aznar para entregársela a su amigo de la infancia, el Sr. Villalonga, pretendía aliarse con otra compañía telefónica holandesa, la KPN.
La posible empresa socia, tenia una carta de presentación realmente interesante. Es una compañía telefónica extendida por varios países de la Unión Europea, del resto de Europa y del mundo, solvente y complementaria a Telefónica, es decir un posible socio potente que sumaba más recursos, no era la compra de un competidor sino una fusión para hacer crecer a una compañía que ya es grande.
Pero – siempre hay peros – tenia un grave pecado, que la ha hecho indeseable a los ojos del gobierno del Sr. Aznar y del “núcleo duro” de accionistas de Telefónica (Banco de Bilbao Vizcaya Argentaria y La Caixa). El 43% de esta compañía pertenece al Gobierno de Holanda.
De haberse consumado la fusión se hubiera producido la paradoja de que después de que se nos vendieran Telefónica, una empresa que era pública, ahora volvería a tener una participación de capital público, pero holandés.
¿No nos había dicho, por activa y por pasiva, que no era posible en la Unión Europa que los poderes públicos tuvieran participación en las empresas que se dedican a eso de la telefonía?. ¿Que desde Europa no obligaban a que se vendiera todo?. Mira por donde no era verdad y resulta que el gobierno Holandés puede ser el socio mayoritario - aunque no tenga la mayoría - de una compañía telefónica que opera dentro y fuera de Holanda y no pasa nada.
Tampoco es un hecho aislado, la empresa Volkswagen tiene entre sus socios mayoritarios al Gobierno regional alemán donde se encuentra la casa matriz y tiene filiales por toda la Unión Europea, en piases europeas que todavía no están en ella (República Checa) y en otros lugares del mundo, como México. Y tampoco pasa nada.
¿No nos habían dicho cuando el escandaloso asunto de la autoadjudicación de miles de millones entre los directivos que los asuntos de Telefónica eran asuntos de una empresa privada en los que el Gobierno no puede hacer nada? Pues ahora resulta que sí.
¿Nos dicen la verdad cuando dicen que no puedn hacer nada para no paguemos las tarifas más caras de Europa?
Como mínimo se le ha de reconocer al nuevo portavoz del gobierno que lo ha dicho con claridad.
No querían que bajo ningún concepto, se les viera el plumero y resultara que todo el mundo viera de forma evidente que han renunciado a tener un peso importante para decidir sobre una empresa fundamental en un servicio publico.
No querían que se pudiera ver que han renunciado a aprovechar la legalidad europea para que las “stocks opcions” sean para todos, a través de que una parte de los beneficios de Telefónica entran en las arcas públicas. No podían soportar que después de vender una empresa a sus amigos resultara que el socio mayoritario, con el 17%, fuera un gobierno, aunque sea un gobierno que esta sentado con el nuestro, en la Comisión de la Unión Europea.
Que el “núcleo duro” de Telefónica, BBVA i La Caixa, se opongan a esa fusión se entiende desde su lógica. Ni entre las dos entidades alcanzan ese 17 % i por lo tanto dejarían de tener la posición de dominio que ahora con menos del 10% (cada uno) tiene sobre una de las mayores empresas del país.
La actitud de esas entidades se entiende, pero del gobierno no. Pero es la verdadera razón de la oposición al proceso de fusión, quiere defender a sus amigos y no a todos los españoles.
Pero lo cierto es que como dice el dicho popular: “Se coge antes a un mentiroso que a un cojo”.