“Meterse en camisa de 11 varas”, esa es la expresión coloquial para definir que alguien esta teniendo muchos problemas de difícil resolución. Estos últimos días a Aznar le están saliendo a flote muchos de los problemas en los que se ha ido metiendo durante los cuatro años. Los problemas sino se resuelven bien, como el corcho, vuelven a la superficie.
El favoritismo para con sus amigos ha sido uno de los rasgos más característicos de la gestión del gobierno Aznar.
A menos de un mes de las elecciones Manuel Pimentel, ministro “centrista” de trabajo, se ha visto obligado a dimitir porque un asunto de corrupción. Se ha sabido ahora que 2.000 millones de las subvenciones destinadas a formar a las personas en paro han ido a parar a la empresa de la mujer de Aycart, director general de Inmigraciones y que para ello, ha necesitado la complicidad de otros altos cargos, que no solo no han seguido los pasos del ministro dimisionario, sino que han sido confirmados y continúan.
Este asunto no es nuevo lo único nuevo es que alguien haya dimitido. Porque Arias Salgado, ministro de Fomento, también ha obtenido un trato favorable en los negocios familiares recalificando terrenos, Matutes ministro de Exteriores fomentaba sus negocios familiares en los viajes diplomáticos, Loyola de Palacios tenia el ministerio de Agricultura lleno de altos cargos que canalizaban las ayuda del lino hacia sus empresas o las de sus familias, Piqué además de ser un maestro en la técnica de evadir impuestos ha permitido que las ayudas a la minería fueran a parar a amigos de Alvarez Cascos en Asturias o se concentraran escandalosamente en un solo pueblo de alcalde del PP.
Lo de Pimentel solo es una excepción porque ha dimitido, en lo demás es otro caso de la corrupción del gobierno de Aznar.
Pero los problemas de Aznar no se reducen solo a los amigos de sus ministros o a sus ministros, después de cuatro años de gestión, 11 amigos de Aznar controlan los centros económicos más importantes del país. Al frente de las grandes empresas privatizadas están hoy los 11 amigos de Aznar, que nombro cuando eran públicas, Telefónica, Repsol, Argentaria, Endesa, Campsa etc...
Empresas privadas que gestionan los servicios públicos, o básicos, como la electricidad, el gas, la gasolina, el teléfono, etc.. en los que los precios no solo no han bajado sino que han subido, y sino miremos los recibos que pagamos. Esas subidas autorizadas o permitidas por el Gobierno producen beneficios inmorales, que después se reparten entre ellos como los 80.000 millones que se han adjudicado los directivos de Telefónica de Villalonga, o el billón de las eléctricas en las que esta Martín Villa. Y todavía nos amenaza desde los carteles diciendo: “Vamos a más”.
Aznar se ha metido en camisa de 11 varas. Después de poner el país en manos de sus 11 amigos, empiezan a abandonarle. Se blindan, hacen acuerdos, fusiones y maniobras para concentrar más y más poder, pero sobre todo para ser autónomos del gobierno, de este o del que le sustituya. Aznar se “ha pateado” los instrumentos para controlar los monstruos que ha creado y ahora tienen vida propia.
El gobierno debe garantizar los derechos de los ciudadanos frente a los intereses de los poderes económicos, no ser su gestor y albacea.
Por sus compromisos Aznar no puede salir de esa camisa de 11 amigos en la que se ha metido, pero sobre todo en la que nos ha metido. No va a salir, lo tenemos que sacar el próximo día 12 de Marzo y lo sacaremos, de esa “camisa de 11 amigos” y del gobierno.
El favoritismo para con sus amigos ha sido uno de los rasgos más característicos de la gestión del gobierno Aznar.
A menos de un mes de las elecciones Manuel Pimentel, ministro “centrista” de trabajo, se ha visto obligado a dimitir porque un asunto de corrupción. Se ha sabido ahora que 2.000 millones de las subvenciones destinadas a formar a las personas en paro han ido a parar a la empresa de la mujer de Aycart, director general de Inmigraciones y que para ello, ha necesitado la complicidad de otros altos cargos, que no solo no han seguido los pasos del ministro dimisionario, sino que han sido confirmados y continúan.
Este asunto no es nuevo lo único nuevo es que alguien haya dimitido. Porque Arias Salgado, ministro de Fomento, también ha obtenido un trato favorable en los negocios familiares recalificando terrenos, Matutes ministro de Exteriores fomentaba sus negocios familiares en los viajes diplomáticos, Loyola de Palacios tenia el ministerio de Agricultura lleno de altos cargos que canalizaban las ayuda del lino hacia sus empresas o las de sus familias, Piqué además de ser un maestro en la técnica de evadir impuestos ha permitido que las ayudas a la minería fueran a parar a amigos de Alvarez Cascos en Asturias o se concentraran escandalosamente en un solo pueblo de alcalde del PP.
Lo de Pimentel solo es una excepción porque ha dimitido, en lo demás es otro caso de la corrupción del gobierno de Aznar.
Pero los problemas de Aznar no se reducen solo a los amigos de sus ministros o a sus ministros, después de cuatro años de gestión, 11 amigos de Aznar controlan los centros económicos más importantes del país. Al frente de las grandes empresas privatizadas están hoy los 11 amigos de Aznar, que nombro cuando eran públicas, Telefónica, Repsol, Argentaria, Endesa, Campsa etc...
Empresas privadas que gestionan los servicios públicos, o básicos, como la electricidad, el gas, la gasolina, el teléfono, etc.. en los que los precios no solo no han bajado sino que han subido, y sino miremos los recibos que pagamos. Esas subidas autorizadas o permitidas por el Gobierno producen beneficios inmorales, que después se reparten entre ellos como los 80.000 millones que se han adjudicado los directivos de Telefónica de Villalonga, o el billón de las eléctricas en las que esta Martín Villa. Y todavía nos amenaza desde los carteles diciendo: “Vamos a más”.
Aznar se ha metido en camisa de 11 varas. Después de poner el país en manos de sus 11 amigos, empiezan a abandonarle. Se blindan, hacen acuerdos, fusiones y maniobras para concentrar más y más poder, pero sobre todo para ser autónomos del gobierno, de este o del que le sustituya. Aznar se “ha pateado” los instrumentos para controlar los monstruos que ha creado y ahora tienen vida propia.
El gobierno debe garantizar los derechos de los ciudadanos frente a los intereses de los poderes económicos, no ser su gestor y albacea.
Por sus compromisos Aznar no puede salir de esa camisa de 11 amigos en la que se ha metido, pero sobre todo en la que nos ha metido. No va a salir, lo tenemos que sacar el próximo día 12 de Marzo y lo sacaremos, de esa “camisa de 11 amigos” y del gobierno.
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