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divendres, 25 de febrer del 2000

Aznar: en camisa de 11 amigos

“Meterse en camisa de 11 varas”, esa es la expresión coloquial para definir que alguien esta teniendo muchos problemas de difícil resolución. Estos últimos días a Aznar le están saliendo a flote muchos de los problemas en los que se ha ido metiendo durante los cuatro años. Los problemas sino se resuelven bien, como el corcho, vuelven a la superficie.
El favoritismo para con sus amigos ha sido uno de los rasgos más característicos de la gestión del gobierno Aznar.
A menos de un mes de las elecciones Manuel Pimentel, ministro “centrista” de trabajo, se ha visto obligado a dimitir porque un asunto de corrupción. Se ha sabido ahora que 2.000 millones de las subvenciones destinadas a formar a las personas en paro han ido a parar a la empresa de la mujer de Aycart, director general de Inmigraciones y que para ello, ha necesitado la complicidad de otros altos cargos, que no solo no han seguido los pasos del ministro dimisionario, sino que han sido confirmados y continúan.
Este asunto no es nuevo lo único nuevo es que alguien haya dimitido. Porque Arias Salgado, ministro de Fomento, también ha obtenido un trato favorable en los negocios familiares recalificando terrenos, Matutes ministro de Exteriores fomentaba sus negocios familiares en los viajes diplomáticos, Loyola de Palacios tenia el ministerio de Agricultura lleno de altos cargos que canalizaban las ayuda del lino hacia sus empresas o las de sus familias, Piqué además de ser un maestro en la técnica de evadir impuestos ha permitido que las ayudas a la minería fueran a parar a amigos de Alvarez Cascos en Asturias o se concentraran escandalosamente en un solo pueblo de alcalde del PP.
Lo de Pimentel solo es una excepción porque ha dimitido, en lo demás es otro caso de la corrupción del gobierno de Aznar.
Pero los problemas de Aznar no se reducen solo a los amigos de sus ministros o a sus ministros, después de cuatro años de gestión, 11 amigos de Aznar controlan los centros económicos más importantes del país. Al frente de las grandes empresas privatizadas están hoy los 11 amigos de Aznar, que nombro cuando eran públicas, Telefónica, Repsol, Argentaria, Endesa, Campsa etc...
Empresas privadas que gestionan los servicios públicos, o básicos, como la electricidad, el gas, la gasolina, el teléfono, etc.. en los que los precios no solo no han bajado sino que han subido, y sino miremos los recibos que pagamos. Esas subidas autorizadas o permitidas por el Gobierno producen beneficios inmorales, que después se reparten entre ellos como los 80.000 millones que se han adjudicado los directivos de Telefónica de Villalonga, o el billón de las eléctricas en las que esta Martín Villa. Y todavía nos amenaza desde los carteles diciendo: “Vamos a más”.
Aznar se ha metido en camisa de 11 varas. Después de poner el país en manos de sus 11 amigos, empiezan a abandonarle. Se blindan, hacen acuerdos, fusiones y maniobras para concentrar más y más poder, pero sobre todo para ser autónomos del gobierno, de este o del que le sustituya. Aznar se “ha pateado” los instrumentos para controlar los monstruos que ha creado y ahora tienen vida propia.
El gobierno debe garantizar los derechos de los ciudadanos frente a los intereses de los poderes económicos, no ser su gestor y albacea.
Por sus compromisos Aznar no puede salir de esa camisa de 11 amigos en la que se ha metido, pero sobre todo en la que nos ha metido. No va a salir, lo tenemos que sacar el próximo día 12 de Marzo y lo sacaremos, de esa “camisa de 11 amigos” y del gobierno.
Article publicat a la Revista AQUI

dijous, 3 de febrer del 2000

12-M: Esto se anima

Esto se anima.
España es un país mayoritariamente progresista donde la derecha ha gobernado estos últimos cuatro años, mas por los errores de las izquierdas que por sus aciertos. Esto esta cambiando, los acuerdos entre les fuerzas de izquierda han supuesto un fuerte revulsivo para muchas de las personas que deseamos sacarnos de encima a este gobierno que esta repartiendo entre sus pocos amigos los resultados del progreso, que entre todos estamos construyendo.
Primero, fue el pacto en Catalunya de las fuerzas políticas de izquierdas, para concurrir conjuntamente al Senado bajo la denominación de “ Entesa Catalana de Progrés”, con el objetivo seguir avanzando en una construcción de España, que desde la unidad atienda, respete y potencie la diversidad de los pueblos que la configuran. La respuesta del PP - que siempre ha confundido la unidad con la uniformidad - fue: hablar de barullo, envolverse en la bandera española, intentar quedarse con la Constitución y lanzar el mensaje catastrofista de que España se rompe. Para ellos nada ha cambiado, solo les falto decir aquello de España: UNA, GRANDE Y LIBRE.
Ahora ha llegado el acuerdo entre el PSOE e IU para defender un programa de fuerte contenido social, comprometerse en un gobierno conjunto, con Almunia como presidente, y formar listas conjuntas para el Senado. De nuevo, la respuesta del PP ha sido amenazar con todas las catástrofes posibles: “ Que vienen los “rojos”, nos echaran de Europa, se incrementara el paro, no se podrán pagar las pensiones los impuestos subirán etc”. CiU, su socio en Catalunya y España, empezó diciendo lo mismo pero rápidamente calló. No era capaz de soportar el olor a rancio de ese discurso.
Aznar todavía no se ha dado cuenta que en la Europa en la que estamos desde 1986, ellos son la excepción. Los gobiernos de progreso, entre fuerzas de izquierda y centroizquierda, como los de Francia o Alemania, son la mayoría. En esos piases, la economía también crece, el paro también se reduce, la inflación esta más controlada pero sobre todo se reduje la jornada laboral a 35 horas, las políticas sociales avanzan. La diferencia sustancial entre la derecha y la izquierda no se sitúa en el terreno del crecimiento económico sino en el reparto social de la riqueza.
Ese va a ser el debate en las elecciones del 12 de Marzo próximo, si en España el crecimiento económico sirve para que los amigos de Aznar se hagan más ricos y se queden con el país o si se beneficia la mayoría de las personas. Si la sanidad y la enseñanza sirve para mejorar la salud y la educación de las personas o las cuentas corrientes de que quieren hacer negocio con sus derechos. Si las pensiones crecen con la economía o no se beneficien del progreso.
Esto se anima, corríamos el riesgo de que nos mataran de aburrimiento con una campaña de autobombo, autocomplacencia, prepotencia y exaltación del Presidente del Gobierno. Las izquierdas de forma conjunta han conseguido ya su primer éxito: “animar el cotarro”, poner encima del tapete los intereses de la mayoría de las personas y eso fomentara la participación democrática. La existencia de una alternativa política acorde con la mayoría social progresista de este país ha puesto nerviosas a las derechas catalana y española. Ahora menos que nunca tenemos que resignarnos a tener un gobierno conservador, el cambio a un gobierno progresista es posible y necesario.