¡Cómo cuesta a veces pasar el tiempo!. A mi me parece que fue hace mucho más tiempo que el Partido Popular ganó las elecciones por mayoría absoluta.
En aquel momento, los primeros síntomas de un empeoramiento de la economía y el terrorismo, ya eran los dos temas más importantes que tenia encima de su mesa el Gobierno saliente de Aznar. Hoy continúan los mismos y desgraciadamente aumentados.
¿Quizás que empiecen a gobernar? Hasta ahora sabemos como gobierna Aznar con viento a favor. Reparte la mejor tajada a sus amigos y deja un pequeña parte para el resto. ¿Cómo gobernaran con viento desfavorable?. Posiblemente, como han hecho el resto de la política, siendo “sumisos con los poderosos y prepotentes con los más débiles”.
La situación económica, hace que los más prudentes ya no se atreven a decir aquello de: “España va bien”. Solo el “campeón” Arenas lo dice y, naturalmente, se queda solo.
Los precios están subiendo este año, casi el doble de lo que previa el gobierno, pero también por encima de lo que están subiendo los precios en otras partes de Europa.
Preocupa, y mucho, el silencio, la parálisis del Gobierno Aznar, o las salidas de tono del Sr. Rato, candidato a la sucesión, al ver como se desboca la inflación, como suben los precios de los carburantes, y como eso arrastra la subida de las hipotecas bancarias, repercute en un fuerte frenazo en la creación de empleo y deteriora el poder adquisitivo de los menos fuertes, pensionistas, parados, asalariados.
Echarle la culpa de todo al precio del barril de petróleo y al euro es una mala excusa. El resto de países están en nuestras mismas condiciones y sus precios no suben como aquí. Nosotros tenemos ese problema, pero también otros. Por eso además de ser una mala excusa es insuficiente. ¡Si se hacen “trampas en el solitario” nunca encontrarán la solución!.
Más importante que desenmascarar al “culpable”, es saber como van a enderezar la situación.
Ni las medidas supuestamente liberalizadoras, aprobadas en Junio, son la solución, ya que tres meses después no han ayudado a contener la subida de precios. Ni el “consuman un poco menos” bajará el precio de los carburantes; los agricultores, pescadores, transportistas de personas y mercancías, taxistas y los representes y corredores de comercio necesitan el gas-oil para trabajar y no pueden “trabajar un poco menos”.
Reducir la carga tributaria sobre el gas-oil, controlar los beneficios de las grandes compañías petroleras y luchar contra el control del mercado que ejercen entre dos o tres, son actuaciones concretas y necesarias, pero no las quieren aplicar. ¿Será porque las propone la oposición?
No es de extrañar que ese inmovilismo cree tensiones sociales y movilizaciones, como las que están anunciadas para los próximos días.
Este gobierno tiene que gobernar. Gobernar es ante todo intermediar entre los intereses de una y otra parte de la sociedad, no la de representar a los más poderosos. Alegar que si van bien, ellos harán que todos vayamos bien, es renunciar a gobernar para pasar a ser el testaferro de los poderosos.
Gobernar es también negociar. Negociar es algo diferente a dialogar, es dialogar buscando el acuerdo. Pero sobre todo es muy diferente a hacer monólogos esperando que le aplaudan, o aplicar el rodillo parlamentario, que es lo que le gusta hacer a Aznar.
Hasta ahora hemos conocido a un gobierno se dejaba llevar por los buenos vientos de la economía, ahora que han girado, les toca demostrar que también saben gobernar los problemas y resolverlos. Así pues ¿Y si gobernaran?
En aquel momento, los primeros síntomas de un empeoramiento de la economía y el terrorismo, ya eran los dos temas más importantes que tenia encima de su mesa el Gobierno saliente de Aznar. Hoy continúan los mismos y desgraciadamente aumentados.
¿Quizás que empiecen a gobernar? Hasta ahora sabemos como gobierna Aznar con viento a favor. Reparte la mejor tajada a sus amigos y deja un pequeña parte para el resto. ¿Cómo gobernaran con viento desfavorable?. Posiblemente, como han hecho el resto de la política, siendo “sumisos con los poderosos y prepotentes con los más débiles”.
La situación económica, hace que los más prudentes ya no se atreven a decir aquello de: “España va bien”. Solo el “campeón” Arenas lo dice y, naturalmente, se queda solo.
Los precios están subiendo este año, casi el doble de lo que previa el gobierno, pero también por encima de lo que están subiendo los precios en otras partes de Europa.
Preocupa, y mucho, el silencio, la parálisis del Gobierno Aznar, o las salidas de tono del Sr. Rato, candidato a la sucesión, al ver como se desboca la inflación, como suben los precios de los carburantes, y como eso arrastra la subida de las hipotecas bancarias, repercute en un fuerte frenazo en la creación de empleo y deteriora el poder adquisitivo de los menos fuertes, pensionistas, parados, asalariados.
Echarle la culpa de todo al precio del barril de petróleo y al euro es una mala excusa. El resto de países están en nuestras mismas condiciones y sus precios no suben como aquí. Nosotros tenemos ese problema, pero también otros. Por eso además de ser una mala excusa es insuficiente. ¡Si se hacen “trampas en el solitario” nunca encontrarán la solución!.
Más importante que desenmascarar al “culpable”, es saber como van a enderezar la situación.
Ni las medidas supuestamente liberalizadoras, aprobadas en Junio, son la solución, ya que tres meses después no han ayudado a contener la subida de precios. Ni el “consuman un poco menos” bajará el precio de los carburantes; los agricultores, pescadores, transportistas de personas y mercancías, taxistas y los representes y corredores de comercio necesitan el gas-oil para trabajar y no pueden “trabajar un poco menos”.
Reducir la carga tributaria sobre el gas-oil, controlar los beneficios de las grandes compañías petroleras y luchar contra el control del mercado que ejercen entre dos o tres, son actuaciones concretas y necesarias, pero no las quieren aplicar. ¿Será porque las propone la oposición?
No es de extrañar que ese inmovilismo cree tensiones sociales y movilizaciones, como las que están anunciadas para los próximos días.
Este gobierno tiene que gobernar. Gobernar es ante todo intermediar entre los intereses de una y otra parte de la sociedad, no la de representar a los más poderosos. Alegar que si van bien, ellos harán que todos vayamos bien, es renunciar a gobernar para pasar a ser el testaferro de los poderosos.
Gobernar es también negociar. Negociar es algo diferente a dialogar, es dialogar buscando el acuerdo. Pero sobre todo es muy diferente a hacer monólogos esperando que le aplaudan, o aplicar el rodillo parlamentario, que es lo que le gusta hacer a Aznar.
Hasta ahora hemos conocido a un gobierno se dejaba llevar por los buenos vientos de la economía, ahora que han girado, les toca demostrar que también saben gobernar los problemas y resolverlos. Así pues ¿Y si gobernaran?
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