Hemos visto con horror como este país padecía un agosto lleno de violencia terrorista. Hemos asistido atónitos a excesos verbales entrecruzados del Presidente del Gobierno, Sr. Aznar, y del ministro del Interior, Sr. Mayor Oreja y de los dirigentes del PNV, Sres. Arzalluz y Egibar. En medio, la nueva dirección del PSOE encabezada por Rodríguez Zapatero, poniendo “seny”. Ha ofrecido lealtad, dialogo y unidad de los demócratas como base para encauzar la solución. ¿Tan difícil es entender eso? Parece que si, pues a la que pueden se escabullen otra vez. Aznar y Mayor Oreja se dedican más a la confrontación por interés electoral que a mejorar la eficacia política y policial. Arzalluz deberían dejar que afloraran las posiciones de una mayoría sensata de dirigentes del PNV, que hace tiempo que han visto claro que ETA al volver al asesinato, no solo ha matado a personas sino que ha dinamitado el camino abierto con la tregua.
Se vivía uno periodo duro y convulso. El Partido Popular había perdido en el 93 y para ganar en el 96 desarrollaba la política del “todo vale”, llegando, por ejemplo, a romper incluso el consenso antiterrorista del Pacto de Ajurianea.
Permitan que abra un paréntesis y señale que esa actitud es uno de los gérmenes que explican, pero no justifican, la incapacidad actual de conseguir la unidad de las fuerzas democráticas frente al terrorismo. Una unidad imprescindible para vencer en el terreno político a los violentos. Ciertamente, el PP no es el único responsable; el nacionalismo vasco democrático también ha colaborado mucho. En todo caso, “estos lodos vienen de aquellos polvos”. ¡Cierro el paréntesis!.
¿Que es más constructivo condicionar la recuperación del dialogo a que el Partido Popular y el PNV reconozcan y abjuren de sus errores o ponerse a dialogar sin condiciones previas en busca de la paz? De que sirve responsabilizar del gran deterioro que produjeron a la lucha contra le terrorismo el PP cuando cuestionó el Pacto de Ajurianea, (Política penitenciaria y reinserción), y el al PNV con el Pacto de Lizarra con EH durante la tregua? ¿No podrían Arzalluz y Aznar hacer propuestas de distensión en lugar de buscar la confrontación?
Se vivía uno periodo duro y convulso. El Partido Popular había perdido en el 93 y para ganar en el 96 desarrollaba la política del “todo vale”, llegando, por ejemplo, a romper incluso el consenso antiterrorista del Pacto de Ajurianea.
Permitan que abra un paréntesis y señale que esa actitud es uno de los gérmenes que explican, pero no justifican, la incapacidad actual de conseguir la unidad de las fuerzas democráticas frente al terrorismo. Una unidad imprescindible para vencer en el terreno político a los violentos. Ciertamente, el PP no es el único responsable; el nacionalismo vasco democrático también ha colaborado mucho. En todo caso, “estos lodos vienen de aquellos polvos”. ¡Cierro el paréntesis!.
¿Que es más constructivo condicionar la recuperación del dialogo a que el Partido Popular y el PNV reconozcan y abjuren de sus errores o ponerse a dialogar sin condiciones previas en busca de la paz? De que sirve responsabilizar del gran deterioro que produjeron a la lucha contra le terrorismo el PP cuando cuestionó el Pacto de Ajurianea, (Política penitenciaria y reinserción), y el al PNV con el Pacto de Lizarra con EH durante la tregua? ¿No podrían Arzalluz y Aznar hacer propuestas de distensión en lugar de buscar la confrontación?
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