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dimecres, 17 de gener del 2007

Encrucijada


Mas y los suyos se encuentran en una encrucijada, era previsible.
Que fuera previsible, no supone que se haya previsto, ni que tenga fácil resolución.
Con gran acierto un “roquista” de CDC, hace ya más de 10 años, me anticipaba la encrucijada en la que hoy se encuentran. Me reconocía entonces que tenían que redefinir urgentemente su oferta a la sociedad, ya que después de la retirada de la primera línea política del President Pujol, los dos cementos que les habían unido, Catalunya y Pujol, desaparecerían.
No temía por Catalunya, todo lo contrario. Consideraba que esa necesidad de cambio, era fruto del agotamiento de su propuesta, por el éxito de la misma y no por su fracaso. El riesgo era, como dijo Felipe González, “morir de éxito”. Debían ofrecer algo nuevo o perderían su razón ser.
La encrucijada estaba, y está, entre profundizar en la orientación nacionalista siguiendo una vía más soberanista o bascular hacia la gestión de un modelo de sociedad diferente al democratacristiano y al socialista, que ya están ocupados.
El llamado núcleo duro de CDC, defiende la primera, pretende con ello presionar a ERC y abjurar del PP. El show del notario es su máxima expresión.
Los que ahora se quejan, el sector más liberal o sector negocios, defienden la segunda opción. Buscan mantenerse cerca de los electores más moderados y de los sectores económicos, retener a Unió y tocar poder pactando con el Gobierno central, esté quien esté.
Mas no puede orillar ese debate, debe afrontarlo. Se le han acabado las prorrogas, ni el Estatut, ni la recuperación del Govern son ya coartadas para posponerlo.
Debe optar, porque si no resuelve se juega su liderazgo y su herencia, Convergencia, pero al definirse se arriesga a perder una parte de su electorado. Su encrucijada no tiene una fácil solución.