“Que inventen ellos”. Esta frase se atribuyó en el pasado a los que se consideraron ganadores o aquellos que han pretendido una España cerrada y a veces cerril.
Tres informaciones aparecidas en muy poco espacio de tiempo han venido a demostrar que ese aforismo sigue vigente. Muchos de los que nos gobiernan, bajo la machaconería de su propaganda sobre la modernidad siguen escondiendo lo rancio de sus planteamientos.
“España no participó en la investigación sobre el genoma humano por no considerarlo importante”. ¡Fino analista científico y político! que merece el premio al mejor pensamiento del Neardental!.
“¿Porque tenemos que ser el país que mas se destaque de Europa en la defensa de los derechos de los inmigrantes?” Se preguntaba el ministro Mayor Oreja para justificar la mutilación de la ley de extranjería.
“España baja del primer al octavo puesto entre los países europeos con más igualdad según un informe de las Naciones Unidas”. ¡Todo un record para solo cuatro años de gobierno de la derecha en España!
Los ámbitos y contenidos de las informaciones parecen inicialmente distintos e inconexos, pero suponen tres expresiones de una misma manera de actuar y entender la realidad. La de los que ya les va bien que nada cambie.
Cuando se renuncia a ser el primero, colectivamente hablando, y solo se aspira a ir cómodamente instalado en el pelotón, (ya sea en temas tecnológicos o de derechos humanos), a lo que se renuncia es intentar transformar la realidad.
Las desigualdades crecen con la economía si no se trabaja para evitarlas en el origen y corregirlas después. Pero, eso requiere esfuerzo, renunciar a ser del pelotón, cuestionar que las reglas del mercado lo presidan todo. Seguir la corriente es fácil se trata de : “Ser sumiso con el poderoso y prepotente con los débiles”. Eso es lo que hace el gobierno que preside Aznar.
No es fácil hacer que los grandes capitales y las empresas multinacionales acepten una política que reduzca las diferencias sociales y económicas, respete los derechos humanos, y que se haga pública información obtenida en investigaciones científicas privadas. Pero si ni se intenta seguro que no se conseguirá.
España en muy pocos años de gobierno de la derecha ha retrocedido en el camino hacia la cohesión territorial y social, en el que todavía quedaba mucho por recorrer.
Los gobiernos de Margaret Teacher en Inglaterra consiguieron antes el mismo efecto, ahondar las diferencias entre los ciudadanos. Son del mismo signo.
No se esconden. Lo han declarado abiertamente. Su liberalismo político es únicamente el intento de evitar que los poderes públicos, en tanto que expresión colectiva de la mayoría de las personas, intenten organizar el funcionamiento de la sociedad hacia las personas y no hacia el mercado.
Nos lo intentan vender desde la apelación a la individualidad insolidaria, desde la apelación al mínimo esfuerzo, desde el pasotismo y la frustración de que nada se puede cambiar. En suma nos tratan de convencer que lo que mas nos interesa es mantener esa actitud tan entregada y negativa del “que inventen ellos”.
Si asumimos ese mensaje, continuaremos retrocediendo en la construcción de una sociedad más igualitaria, una sociedad más justa. Si asumimos ese mensaje, no nos quepa la menor duda: “ellos inventaran” y se quedaran con todo el beneficio.
La modernidad no es que inventen ellos, sino que participemos todos del progreso.
Tres informaciones aparecidas en muy poco espacio de tiempo han venido a demostrar que ese aforismo sigue vigente. Muchos de los que nos gobiernan, bajo la machaconería de su propaganda sobre la modernidad siguen escondiendo lo rancio de sus planteamientos.
“España no participó en la investigación sobre el genoma humano por no considerarlo importante”. ¡Fino analista científico y político! que merece el premio al mejor pensamiento del Neardental!.
“¿Porque tenemos que ser el país que mas se destaque de Europa en la defensa de los derechos de los inmigrantes?” Se preguntaba el ministro Mayor Oreja para justificar la mutilación de la ley de extranjería.
“España baja del primer al octavo puesto entre los países europeos con más igualdad según un informe de las Naciones Unidas”. ¡Todo un record para solo cuatro años de gobierno de la derecha en España!
Los ámbitos y contenidos de las informaciones parecen inicialmente distintos e inconexos, pero suponen tres expresiones de una misma manera de actuar y entender la realidad. La de los que ya les va bien que nada cambie.
Cuando se renuncia a ser el primero, colectivamente hablando, y solo se aspira a ir cómodamente instalado en el pelotón, (ya sea en temas tecnológicos o de derechos humanos), a lo que se renuncia es intentar transformar la realidad.
Las desigualdades crecen con la economía si no se trabaja para evitarlas en el origen y corregirlas después. Pero, eso requiere esfuerzo, renunciar a ser del pelotón, cuestionar que las reglas del mercado lo presidan todo. Seguir la corriente es fácil se trata de : “Ser sumiso con el poderoso y prepotente con los débiles”. Eso es lo que hace el gobierno que preside Aznar.
No es fácil hacer que los grandes capitales y las empresas multinacionales acepten una política que reduzca las diferencias sociales y económicas, respete los derechos humanos, y que se haga pública información obtenida en investigaciones científicas privadas. Pero si ni se intenta seguro que no se conseguirá.
España en muy pocos años de gobierno de la derecha ha retrocedido en el camino hacia la cohesión territorial y social, en el que todavía quedaba mucho por recorrer.
Los gobiernos de Margaret Teacher en Inglaterra consiguieron antes el mismo efecto, ahondar las diferencias entre los ciudadanos. Son del mismo signo.
No se esconden. Lo han declarado abiertamente. Su liberalismo político es únicamente el intento de evitar que los poderes públicos, en tanto que expresión colectiva de la mayoría de las personas, intenten organizar el funcionamiento de la sociedad hacia las personas y no hacia el mercado.
Nos lo intentan vender desde la apelación a la individualidad insolidaria, desde la apelación al mínimo esfuerzo, desde el pasotismo y la frustración de que nada se puede cambiar. En suma nos tratan de convencer que lo que mas nos interesa es mantener esa actitud tan entregada y negativa del “que inventen ellos”.
Si asumimos ese mensaje, continuaremos retrocediendo en la construcción de una sociedad más igualitaria, una sociedad más justa. Si asumimos ese mensaje, no nos quepa la menor duda: “ellos inventaran” y se quedaran con todo el beneficio.
La modernidad no es que inventen ellos, sino que participemos todos del progreso.
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