Esto se anima.
España es un país mayoritariamente progresista donde la derecha ha gobernado estos últimos cuatro años, mas por los errores de las izquierdas que por sus aciertos. Esto esta cambiando, los acuerdos entre les fuerzas de izquierda han supuesto un fuerte revulsivo para muchas de las personas que deseamos sacarnos de encima a este gobierno que esta repartiendo entre sus pocos amigos los resultados del progreso, que entre todos estamos construyendo.
Primero, fue el pacto en Catalunya de las fuerzas políticas de izquierdas, para concurrir conjuntamente al Senado bajo la denominación de “ Entesa Catalana de Progrés”, con el objetivo seguir avanzando en una construcción de España, que desde la unidad atienda, respete y potencie la diversidad de los pueblos que la configuran. La respuesta del PP - que siempre ha confundido la unidad con la uniformidad - fue: hablar de barullo, envolverse en la bandera española, intentar quedarse con la Constitución y lanzar el mensaje catastrofista de que España se rompe. Para ellos nada ha cambiado, solo les falto decir aquello de España: UNA, GRANDE Y LIBRE.
Ahora ha llegado el acuerdo entre el PSOE e IU para defender un programa de fuerte contenido social, comprometerse en un gobierno conjunto, con Almunia como presidente, y formar listas conjuntas para el Senado. De nuevo, la respuesta del PP ha sido amenazar con todas las catástrofes posibles: “ Que vienen los “rojos”, nos echaran de Europa, se incrementara el paro, no se podrán pagar las pensiones los impuestos subirán etc”. CiU, su socio en Catalunya y España, empezó diciendo lo mismo pero rápidamente calló. No era capaz de soportar el olor a rancio de ese discurso.
Aznar todavía no se ha dado cuenta que en la Europa en la que estamos desde 1986, ellos son la excepción. Los gobiernos de progreso, entre fuerzas de izquierda y centroizquierda, como los de Francia o Alemania, son la mayoría. En esos piases, la economía también crece, el paro también se reduce, la inflación esta más controlada pero sobre todo se reduje la jornada laboral a 35 horas, las políticas sociales avanzan. La diferencia sustancial entre la derecha y la izquierda no se sitúa en el terreno del crecimiento económico sino en el reparto social de la riqueza.
Ese va a ser el debate en las elecciones del 12 de Marzo próximo, si en España el crecimiento económico sirve para que los amigos de Aznar se hagan más ricos y se queden con el país o si se beneficia la mayoría de las personas. Si la sanidad y la enseñanza sirve para mejorar la salud y la educación de las personas o las cuentas corrientes de que quieren hacer negocio con sus derechos. Si las pensiones crecen con la economía o no se beneficien del progreso.
Esto se anima, corríamos el riesgo de que nos mataran de aburrimiento con una campaña de autobombo, autocomplacencia, prepotencia y exaltación del Presidente del Gobierno. Las izquierdas de forma conjunta han conseguido ya su primer éxito: “animar el cotarro”, poner encima del tapete los intereses de la mayoría de las personas y eso fomentara la participación democrática. La existencia de una alternativa política acorde con la mayoría social progresista de este país ha puesto nerviosas a las derechas catalana y española. Ahora menos que nunca tenemos que resignarnos a tener un gobierno conservador, el cambio a un gobierno progresista es posible y necesario.
Primero, fue el pacto en Catalunya de las fuerzas políticas de izquierdas, para concurrir conjuntamente al Senado bajo la denominación de “ Entesa Catalana de Progrés”, con el objetivo seguir avanzando en una construcción de España, que desde la unidad atienda, respete y potencie la diversidad de los pueblos que la configuran. La respuesta del PP - que siempre ha confundido la unidad con la uniformidad - fue: hablar de barullo, envolverse en la bandera española, intentar quedarse con la Constitución y lanzar el mensaje catastrofista de que España se rompe. Para ellos nada ha cambiado, solo les falto decir aquello de España: UNA, GRANDE Y LIBRE.
Ahora ha llegado el acuerdo entre el PSOE e IU para defender un programa de fuerte contenido social, comprometerse en un gobierno conjunto, con Almunia como presidente, y formar listas conjuntas para el Senado. De nuevo, la respuesta del PP ha sido amenazar con todas las catástrofes posibles: “ Que vienen los “rojos”, nos echaran de Europa, se incrementara el paro, no se podrán pagar las pensiones los impuestos subirán etc”. CiU, su socio en Catalunya y España, empezó diciendo lo mismo pero rápidamente calló. No era capaz de soportar el olor a rancio de ese discurso.
Aznar todavía no se ha dado cuenta que en la Europa en la que estamos desde 1986, ellos son la excepción. Los gobiernos de progreso, entre fuerzas de izquierda y centroizquierda, como los de Francia o Alemania, son la mayoría. En esos piases, la economía también crece, el paro también se reduce, la inflación esta más controlada pero sobre todo se reduje la jornada laboral a 35 horas, las políticas sociales avanzan. La diferencia sustancial entre la derecha y la izquierda no se sitúa en el terreno del crecimiento económico sino en el reparto social de la riqueza.
Ese va a ser el debate en las elecciones del 12 de Marzo próximo, si en España el crecimiento económico sirve para que los amigos de Aznar se hagan más ricos y se queden con el país o si se beneficia la mayoría de las personas. Si la sanidad y la enseñanza sirve para mejorar la salud y la educación de las personas o las cuentas corrientes de que quieren hacer negocio con sus derechos. Si las pensiones crecen con la economía o no se beneficien del progreso.
Esto se anima, corríamos el riesgo de que nos mataran de aburrimiento con una campaña de autobombo, autocomplacencia, prepotencia y exaltación del Presidente del Gobierno. Las izquierdas de forma conjunta han conseguido ya su primer éxito: “animar el cotarro”, poner encima del tapete los intereses de la mayoría de las personas y eso fomentara la participación democrática. La existencia de una alternativa política acorde con la mayoría social progresista de este país ha puesto nerviosas a las derechas catalana y española. Ahora menos que nunca tenemos que resignarnos a tener un gobierno conservador, el cambio a un gobierno progresista es posible y necesario.
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