El sistema educativo catalán, tras el periodo de escolarización obligatoria, asegura a los alumnos la competencia lingüística necesaria, en castellano y catalán, para desenvolverse sin problemas en la que elija. Dotarles del máximo de competencias en materia lingüística incorporando, ahora, el inglés, o en áreas científicas es el derecho a preservar, para que no pierdan oportunidades.
En Catalunya, hay resultados similares al del resto de España en el nivel de aprendizaje del castellano, aunque el nuestro sea un sistema de inmersión en catalán. Así lo señala el informe que evalúa el nivel de conocimiento en las diferentes áreas de aprendizaje de los niños y niñas que cursan estudios. Los resultados son similares pero, en ambos casos, la conclusión es que han de mejorar. En esa y en otras áreas como las matemáticas, por ejemplo.
Hasta ahora, todas las actuaciones se orientaban hacia la mejora de la intensidad educativa. Enseñar más y mejor, sin modificar el número de horas dedicada a cada área. Fundamentalmente, porque mover algo era como dice el dicho: "desvestir un santo para vestir otro".
El esfuerzo colectivo de la sexta hora es para incrementar el tiempo que dedicamos a educación de los niños en competencias y habilidades básicas (lengua y matemáticas).
Politizar el tema o dramatizar afirmando que una hora más de castellano dinamita el sistema educativo de Catalunya, es un falso debate, porque también se ampliara el catalán, las matemáticas o el inglés.
Si el Gobierno Central se ha excedido con su decreto, en una materia que tenemos a medias, el Govern de Catalunya ya velará por que no se reduzcan sus competencias. Al resto lo que nos preocupa es que crezcan las competencias y las habilidades de los personas. En eso les va, y nos va, el futuro.
En Catalunya, hay resultados similares al del resto de España en el nivel de aprendizaje del castellano, aunque el nuestro sea un sistema de inmersión en catalán. Así lo señala el informe que evalúa el nivel de conocimiento en las diferentes áreas de aprendizaje de los niños y niñas que cursan estudios. Los resultados son similares pero, en ambos casos, la conclusión es que han de mejorar. En esa y en otras áreas como las matemáticas, por ejemplo.
Hasta ahora, todas las actuaciones se orientaban hacia la mejora de la intensidad educativa. Enseñar más y mejor, sin modificar el número de horas dedicada a cada área. Fundamentalmente, porque mover algo era como dice el dicho: "desvestir un santo para vestir otro".
El esfuerzo colectivo de la sexta hora es para incrementar el tiempo que dedicamos a educación de los niños en competencias y habilidades básicas (lengua y matemáticas).
Politizar el tema o dramatizar afirmando que una hora más de castellano dinamita el sistema educativo de Catalunya, es un falso debate, porque también se ampliara el catalán, las matemáticas o el inglés.
Si el Gobierno Central se ha excedido con su decreto, en una materia que tenemos a medias, el Govern de Catalunya ya velará por que no se reduzcan sus competencias. Al resto lo que nos preocupa es que crezcan las competencias y las habilidades de los personas. En eso les va, y nos va, el futuro.
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