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dimecres, 11 d’octubre del 2006

El fondo del debate

Las diferencias sobre la lengua, en los debates cara a cara, reflejan visiones distintas de y para Catalunya.
Mas reto a un cara a cara a Montilla. Este respondió con varios debates, no uno solo. A cinco, en los medios de titularidad pública, porque han de respetar las reglas que tienen. Y a dos, en los medios privados. Tres cadenas estatales habían propuesto hacer uno en castellano y para toda España.
A Montilla y su equipo, les pareció bien atender la solicitud, si se hacia otro en catalán, en desconexión. Era un reconocimiento a la pluralidad lingüística de Catalunya y a la voluntad de explicarnos en toda España.
Pero, Mas y los suyos, tiene otra visión. Rechazan debatir en castellano, alegan que con ello se españoliza la campaña. Aunque eso lo afirme Mas mientras interviene, en castellano, en un programa de TVE. Con ello niega la Catalunya real que quiere presidir. Una Catalunya cuya lengua propia es el catalán, pero donde el castellano es la lengua propia de muchos catalanes.
¿Hasta cuando la hipocresía de no reconocerse en lo que hacen?
Es cierto que el PSC se mueve bien en esa pluralidad, porque sino el más, es uno de los más, representativo de ella. A CiU por el contrario no le va bien, por eso se opone. Le rompe ese ideario nacionalista que hace del castellano una lengua con la que hay que conllevarse, hasta alcanzar su nirvana, la exclusividad del catalán.
Un cara a cara en castellano entre Montilla y Mas, será positivo. En él se debatirá sobre que pretende cada uno para Catalunya, como quieren alcanzar o construir los proyectos de lo que nos afectan (salud, educación, empleo, cobertura social, inversiones…)
Eso no españoliza la campaña, eso la hace más catalana. Porque debatirán de lo que nos interesa, eso si, en una de las dos lenguas que usamos aquí.