Pàgines

dimecres, 4 d’octubre del 2006

Ante el notario

Mal van las cosas si para que te crean tienes que ir al notario. Y eso van a hacer Mas y los suyos, para afirmar que no pactaran con el PPC.
En política como en la vida real, dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Si Mas, y los suyos, necesitan ir delante de una persona para que de fe de lo que dicen, están reconociendo que no tienen credibilidad ante el electorado y, lo que es mas grave, menosprecian o desconocen, el sistema democrático.
En un proceso electoral no hay un notario, sino muchos. Todos los ciudadanos somos notarios y algo más, jueces.
Entonces, ¿qué impulsa a Mas y los suyos a ir al notario? ¿El temor a que nadie crea que abjuran del PP, después de haber gobernado gracias a él? ¿El rechazo a la herencia política que recibieron de Pujol? ¿La necesidad de dar confianza a Carod para construir su frente nacionalista?.
Posiblemente, un poco de todo.
Firmar que continuará tratando como apestados al PPC, seguro que Piqué les dará sus votos aquí, sin pedir nada a cambio, porque así lo han decido en Génova, es algo difícil de llevar al notario. Sobre todo, si se dice hacerlo en defensa de la sinceridad y la transparencia. Nada es gratis. El verdadero precio que se pagará será apoyar al PP, allá.
Lo del notario, es una superficialidad más, para omitir lo fundamental. Pujol decía hace unos días que CiU no puede ser “sólo una gestoría o una máquina electoral" sino sobre todo un "proyecto y una idea de país". Pero eso es lo único que no le oímos.
Mas no define ni proyecto ni país, porque si lo hace pierde.
Frente al decálogo de compromisos sociales, económicos y medioambietales concretos de Montilla, no responde, se ofende. Sobreactúa y confirma la crítica de que prima el personalismo, el marketing y la indefinición a la política. Igual que “anant a cal notari”.